martes, 21 de julio de 2015

Que malo es sufrir, que bueno haber sufrido.

Es una frase que se le atribuye a San Agustin. La considero una frase dura, pero real. ¿Por que es en las situaciones mas duras cuando mas crecemos como personas? ¿Por que ese tipo de situaciones son las que nos hacen evolucionar? 

Llevo un tiempo dándole vueltas a raíz de una situación desagradable por la que estoy pasando. Creo que es porque la fuerza para superar dichas adversidades se encuentra en nuestro interior. Es una forma de relativizar también. La situación no es lo importante. No existe. Lo importante somos nosotros, nuestro ser. No hay cuchara. Cuando todo va bien es fácil vivir. Es fácil mantenerse en la realidad, en el presente, en lo mejor del pasado y en las ensoñaciones del futuro. Pero cuando encontramos un obstáculo en nuestro camino el cual es imposible bordear, es imposible evitar... ya el presente no nos parece tan maravilloso, el pasado solo nos trae malos recuerdos y el futuro nos parece oscuro e incierto. Es el color del cristal por el que vemos las cosas en ese momento.


Recuerdo un cuento de Jorge Bucay en relación a los obstáculos y las metas. Un hombre ve una ciudad a lo lejos a la que desea llegar. Allí está todo lo que busca y espera de la vida. Por el camino comienza a encontrarse con obstáculos, zanjas, muros, arboles caídos.... Pregunta a un niño porque hay tantos obstáculos para llegar a la ciudad y el niño responde que nunca ha habido obstáculos hasta hoy. Los obstáculos los ha traído el propio protagonista del cuento.


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