domingo, 11 de junio de 2017

90 años.



90 años.

Hace dos que no me reconoce. Pero le cojo la mano y la acaricio, le miro a los ojos y la llamo muchas veces abuela. "Abuela, soy yo, Rosa, tu nieta." "Abuela que guapa estás hoy." "Abuela, mira, tu camiseta tiene lentejuelas doradas! que moderna!." Entonces ella me mira a los ojos, una sonrisa se le dibuja en la cara y me llama María, como su hermana.  Y me acaricia sin perder la sonrisa y me dice que "que suave". Y reconozco en su mirada, ya no el esfuerzo de recordarme, ahora ya el esfuerzo de intentarlo. Y cuando me llama María la emoción me cala hasta los huesos. Porque no me recuerda como Rosa. Como el nombre. Pero me recuerda con todo el amor que compartíamos y compartimos. Con el mismo amor que siempre tuvo por su hermana. :) Mi abuela.


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