martes, 9 de julio de 2024

Nuevos caminos.

 Ayer fue mi primer día de trabajo en la empresa nueva. Todo se va transformando poco a poco. Quizás porque esa transformación se produce en mi interior y se refleja en el exterior. En como veo las cosas. 

Retomo este maravilloso blog que me ha acompañado durante muchos años y que refleja parte de lo que vivo en "el mundo real". 

Ólafur Arnalds live from Hafursey, in Iceland for Cercle

martes, 2 de enero de 2024

GOVINDA JAYA JAYA

GOVINDA JAYA JAYA 

GOPALA JAYA JAYA

RADHA RAMANA HARI 

GOVINDA JAYA JAYA


El significado de este mantra es el siguiente: 

En alabanza de la Hari Señor Supremo, quien es conocido como Govinda, el señor de las vacas y los pastores, Gopala, el pastor, y Radharamana, el amante de Radharani.

Mantra para protegernos de todas aquellas energías negativas y de baja vibración que hay a nuestro alrededor. También nos sirve para protegernos y alejar pensamientos negativos, ya que su vibración es baja y son perjudiciales. Escuchar este mantra todos los días es muy beneficioso para cada uno y para las personas y entorno en el que nos movemos. ENLACE




sábado, 25 de febrero de 2023

Buscando mi centro.

 Releo los post antiguos. Y veo como ha cambiado la frecuencia con  la que he escrito a lo largo del tiempo. 

Ahora necesito ayudarme a mi misma. 

- Estas hecha un lio. 

- Lo estoy. 

- Busca tu centro. 


Sueños y proyectos. El Sol.

Deja volar tu imaginación e involúcrate con la dimensión de tus sueños y deseos. Esta inspiración será de gran importancia para alentar tu vida cotidiana; no lo dejes pasar, es un momento más que interesante y de indudable positividad. Disfruta de toda la actividad social que te sea posible, intenta establecer contacto con nuevas personas que puedan contribuir a tu progreso material. Es un tiempo para trabajar por el desarrollo de intereses concretos.

Sanar.




domingo, 29 de enero de 2023

Escuela transpersonal. Encuentros Presenciales. Transformación y visión.

 


Algún día me gustaría mucho hacer esta formación y asistir a alguno de sus encuentros. 

Es tan bonito y conecto tanto lo que describen....


También me planteo en este camino, hacer estos mismos encuentros y escapadas conmigo misma. Incluso aunque no sea un retiro como tal de varios días. 



jueves, 8 de diciembre de 2022

Kintsugi en el corazón.

 El Kintsugi es una técnica japonesa mediante la cual piezas de cerámica rotas son reconstruidas usando polvo de oro mezclado con el material usado para volver a unir dichas piezas. Esto hace que las cicatrices del objeto sean visibles y bellas. 

La ruptura forma parte del proceso de la vida y el kintsugi creo que honra ese aspecto. Situaciones en las que algo se rompe. Algo físico o emocional también. 

Leí una vez que la técnica consta de algunos pasos concretos como 

  1. El accidente (la fractura del objeto y la reunión de los fragmentos)
  2. El armado (limpieza de las piezas y ensamble previo)
  3. La espera
  4. La reparación
  5. La revelación

Cada una de estas situaciones nos suponen un reto que aceptar e interiorizar. 

La sorpresa y el dolor de la fractura. El sobreponernos a ella en un primer nivel y tomar la decisión de que próximos pasos dar. La elección del perdón. 

El armado. Recoger con mucho amor y delicadeza las piezas rotas. Sin perder ninguna de ellas. Reconocer su estado y volver a aproximarlas a su lugar habitual. El cuidado. 

La espera. La preparación de la masa que volverá a unir todas las piezas. Con un toque imprescindible de amor en forma de polvo de oro. El amor que embellecerá la cicatriz y nos recordará la conexión con la naturaleza que hay escondida en cualquier cambio. En los cambios abruptos y dolorosos también hay una parte de renacer que nos cuesta a veces aceptar.

La reparación. Unir las piezas, sostenerlas y esperar el tiempo necesario para que vuelvan a unirse. La musica nos envuelve y las vibraciones de los diferentes sonidos se transmiten al objeto volviéndolo de nuevo a la vida.

La revelación. Transcurrido un tiempo el objeto vuelve a tener la fuerza original. Y las cicatrices forman parte de nuevo de su vida, de la vida. Como un recuerdo del dolor pero también de la superación. 


miércoles, 17 de agosto de 2022

Soy un rio que fluye. Agua fría y clara que corre entre las piedras.

 Son las 18:00. Escribo en la mesa del salón. Junto a la maceta de cintas, a la imagen de Ganesha y a una taza de te chai. 

Las ventanas están abiertas. Entra un suave aire fresco del exterior. Hay nubes en el cielo. pero entre ellas se puede ver el sol. Ha llovido. Apenas unas gotas pero las suficientes para mí. Para mi señal. La señal de que hay armonía en el mundo. La señal de que a veces no se trata de entender las cosas sino de simplemente fluir con ellas. 

“El misterio de la vida no es problema que hay que resolver, sino una realidad que hay que experimentar.” - Frank Herbert, Dune.



Acabo de realizar una meditación-hipnosis-regresión relacionada con mi propósito de vida. Esa meta o hito que tanto busco y que tanto ansío. 

Ha sido como mirar el cielo de noche plagado de estrellas y de repente vislumbrar, ver todos los caminos que las unen. Las líneas que dan sentido a las historias mitológicas que le han dado vida. 

La luz de las estrellas. La luz de la luna, del sol. Tanto por escribir para poder recordar. 

Imágenes caóticas aparecen frente a mi. De muchas vidas diferentes. Situaciones de violencia, de miedo, de incertidumbre, de dolor... Corro por un campo seco y me abalanzo al suelo al filo del precipicio. Mi cuerpo queda en tierra y mi cabeza y brazo derecho al aire intentan alcanzar a la persona que hay suspendida sobre el abismo, agarrada a una simple rama que sobresale del precipicio. 

Se balancea y yo estiro la mano gritándole que se aferre a mi. No se quien es pero en mi interior todo lo que siento es que tengo que salvarla de la caída. En ese momento la figura, ella, levanta la cabeza y nuestras miradas se cruzan. Soy yo misma. Sorprendida, sobrepasada, por un instante pierdo la fuerza que me sostiene en la tierra y caigo con ella por el precipicio. Mi cuerpo es golpeado por las rocas que se cruzan en mi camino pero no siento dolor. Caigo al rio que fluye en la profundidad del cañón y me fundo con el agua al tiempo que sigo el camino con ella.  Seguidamente estoy en una pradera de hierba verde con algunas pinceladas de hierva seca. El chamán canta. Es mi abuelo. Reconoce en mi la magia de la conexión. Del la conexión mística entre los mundos. Soy la que sabe leer la naturaleza. Soy la que bebe de la energía de los ríos, de los árboles, de las montañas, del aire, de la vida que fluye. No puedo ser instruida como chamán pero seré un talismán de incalculable valor para la tribu. Y esto se traduce solo en fluir. Leer y transmitir. dejarme llevar por mi intuición y comunicar. 

"Hubo un tiempo en el que el hombre y las criaturas del agua estaban unidos. Ellas nos inspiraban, nos hablaban del futuro. El hombre escuchaba y todo se hacía realidad, pero el hombre no sabe escuchar. La necesidad del hombre de apropiarse de todo lo llevó a alejarse tierra adentro". La jovén del agua. M. Night Shyamalan.


Sigue la visualización guiada. Estoy tumbada. Siento en la espalda la humedad de la tierra. Los tréboles crecen rodeando mi cuerpo y abrazándose a mí como enredaderas. Me levanto y voy al río. Un río rápido de montaña. Estrecho y poco profundo. Un arroyo más que un río. Y me libero de toda la carga humana-corporal y salgo volando con unas grandes alas blancas. Todos Todas somos ángeles. Y sobrevuelo ciudades y desiertos, selvas, ríos, aldeas... y voy distanciándome de la tierra y al llegar al universo me desintegro en átomos y me fundo con la inmensidad. 

Me conducen a un encuentro con mi guía. Con una parte de mi misma. Sentada en una roca en un rio cerca de una poza de agua sobre la que no deja de caer el agua de una cascada. 

Y esa parte de mi misma, esa mujer de pelo largo y canoso que siempre desprende amor, sostiene un libro con una de sus manos. Y me hace sentir que es lo que vine a aprender a esta vida. 

Vine a aprender a liberarme de las limitaciones, de los obstáculos, de mi misma. Mi propósito en la vida no es lo que haga si no como lo haga. Con amor. Enseñando a los demás amor. Sembrando amor y buena energía. Despertando chispitas, pequeñas llamas en la gente.  Liberándome de mis propios prejuicios. De mis propios miedos. Vencer al lado oscuro aceptándolo y llenándolo de luz. 

La oscuridad es un vacío que puede llenarse de luz. Una luz que podemos irradiar nosotros mismos y que yo puedo potenciar en las personas. Y siento la conexión entre todas las mujeres de los libros que he leído. Y me siento llena de luz cálida que sale de mi interior y se proyecta al exterior inundándolo todo. 

Siempre creer y de sentir que es posible alcanzar lo que quiero alcanzar que es el camino de la luz y del amor. Andar ese camino llevando conmigo el amor y la luz. 

¿Qué es lo que te hace sentir bien? Ayudar a los demás. Estar y sentir amor junto a los demás. 

¿Qué es lo que el mundo necesita?  Necesita hacer realidad los sueños de cambio. De vivir en armonía con la naturaleza. 

La última frase del libro tiene una frase que dice "Ilumina". 

Y yo necesito aceptar y reconciliarme con mis errores. Quererme y permitirme vivir liberada. Sin miedo. Sin ataques. Con amor y con mimos. Reconociéndome perfecta con mis imperfecciones. Reconociéndome llena pese a mis vacíos. Y abundante, siempre abundante y agradecida por todo lo que tengo. Por lo más grande, que es sin duda, el amor.  



domingo, 27 de junio de 2021

20 de junio del 2021. Un viaje en domingo. Una semana de señales.

Escribí el inicio del título de este post en un hotel de Huelva. Cuando llegué el domingo por la tarde. Por delante una semana de trabajo bastante intenso, comenzando el lunes temprano. Ese fue uno de los principales motivos por los que decidí viajar el domingo por la mañana. Me levanté temprano, tome un café en casa y ultime las cosas que quedaban por recoger. Muy tranquila. Di un beso fuerte a mi peque y a José. 

El tiempo acompañó mi decisión y la lluvia y nubes em acompañaron todo el camino, lo que lo hizo fresco y ameno. Además, llevaba comida de casa. Comida sana. Frutos secos, zanahorias y agua. No quería volver a caer en la tentación de comprar comida rápida en una gasolinera. 

Busqué sitios para parar a comer por el camino y se cruzó en esa búsqueda un paraje. El embalse de la minilla. Cuando lo he buscado ahora veo que el embalse tiene forma de dragón. Y me recuerda a Raya y el ultimo dragón. Una película que, ahora que lo pienso, también fue una señal. En ella la protagonista se enfrenta aun reto. Pierde la confianza, y la recupera. Y todo va surgiendo y formando un camino junto a ella, de manera natural, pero no sin esfuerzo. 



Pasé por el embalse. No paré en el restaurante que buscaba, pero otro cortijo se cruzó en mi camino, donde tomé café y seguí el camino. Buscando el sitio antes de salir de Madrid, también me llamó la atención la casa de retiro espiritual que hay cerca del embalse. 

Ese mismo domingo, por la tarde, estuve trabajando en el hotel. Hasta que una voz a las siete de la tarde me dijo, "ve a la playa". Y a punta umbría que me fuí. Pise arena y me mojé con agua de mar. Leí un rato y volví al hotel. 

A los pocos días, noche de San Juan. Me pregunté a mi misma si se vería la luna desde el balcón. Posiblemente no. Ya estaba en la cama, arropada. Y de nuevo la voz me dijo, "sal". Y alli estaba. La Luna. Y allí en el balcón estuve un rato sentada leyendo. Y no pedí nada. Al menos no lo recuerdo. Di las gracias por todo. Por la familia y por el amor. Y ahora doy gracias a la voz. Esa voz que me ayuda a ir encaminando las decisiones hacia un lado que me hace bien. 

Y me llevé mis libros. Camino de Vuelta de Mark Boyle, Una llamada al amor de Antony de Mello y Un verano en la sierra de Muir. 

El viernes cerramos la auditoría y fue duro. Choque y lagrimas. Se me revolvieron todas las tripas. Y el corazón y los pulmones. Emprendí el camino de vuelta a Madrid. Diferentes rapaces se cruzan en mi camino. Y me sacan una sonrisa. Cruzan el aire o marcan circulos en el cielo mientras rebuscan a su presa. Me apetece un café y necesito urgentemente un aseo. Marco restaurantes en la ruta en el navegador del movil. E instintivamente, cojo una de las salidas. Que coincide, para mi sorpresa, con la misma salida que tomé unas semanas antes para también estirar las piernas. Sonrió de nuevo. Algo habrá en esa salida. 

Y la señal de todas las señales. El fin de semana anterior gané una supercesta de productos del mercado social de Madrid.